En 1962 el entonces presidente de la Sociedad de Escuelas Católicas Santo Tomás de Aquino, Monseñor Luis Arturo Pérez, preocupado por la educación y formación de los niños y jóvenes de la naciente población José María Caro, decide crear un colegio en terrenos donados por la Junta de Vecinos y la Unión Ferroviaria, asociación gremial que agrupaba a trabajadores de la Empresa de Ferrocarriles del Estado.
Con recursos heredados de su propia familia, el sacerdote puso manos a la obra a mediados de ese año. Meses después, en marzo de 1963, el colegio abría sus puertas como Escuela Nº 68, incorporando primeros, segundos y terceros básicos bajo la dirección de la Congregación Hermanas Franciscanas Misioneras de María. Hoy el colegio forma parte de la Red Educacional Santo Tomás de Aquino, mientras que el trabajo pastoral está a cargo de religiosas pertenecientes a la Congregación Nuestra Señora de la Consolación.
Actualmente, el Liceo Bicentenario Monseñor Luis Arturo Pérez alberga en sus aulas a cerca de 2.200 alumnos, distribuidos en 51 cursos, aunque la proyección para el 2026 es llegar a 56 cursos.
Asimismo, existen 4 Prekínder, 4 Kínder, 31 cursos de Educación Básica y 12 en Educación Media. Los terceros y cuartos medios están bajo la modalidad Técnico Profesional en la especialidad de Administración, con mención en Logística y en Recursos Humanos.
El Liceo Bicentenario Monseñor Luis Arturo Pérez es un establecimiento particular subvencionado con gratuidad para los apoderados. El 95% de sus estudiantes proviene de las comunas de Pedro Aguirre Cerda y Lo Espejo. El 5% restante de otras comunas de la Región Metropolitana.
Actualmente, el Liceo Bicentenario Monseñor Luis Arturo Pérez es reconocido como colegio de excelencia bajo el sello Bicentenario otorgado por el Ministerio de Educación. Se trata de un programa que busca apoyar a establecimientos educacionales para que alcancen, recuperen y/o mantengan estándares de calidad que permitan a miles de jóvenes en Chile acceder a mejores herramientas y oportunidades para enfrentar su futuro. Este programa debe cumplir con cinco principios de excelencia para entregar educación de calidad: